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Revenue Rockstar: Diego Fernandez

Diego Fernández: inspirador internacional y fundador del departamento de revenue de Palladium Hotel Group

Diego Fernández Pérez De Ponga es el Director Corporativo de Revenue de Palladium Hotel Group, cadena hotelera española con hoteles en España, Italia, México, República Dominicana, Jamaica y Brasil. 

Diego ha sido nombrado recientemente por el International Hospitality Institute como uno de los 25 ejecutivos más inspiradores e importantes de nuestra industria.

Hoy hablamos con él para conocerle más de cerca y descubrir cómo acabó en la industria hotelera.

En esta entrevista Diego nos revela de dónde viene su atracción por la hotelería, cómo acabó trabajando en revenue management, cuál ha sido la mejor experiencia hotelera que ha tenido como huésped y comparte con nosotros el consejo que suele dar a su equipo y a sus alumnos.

Diego, cuéntanos un poquito sobre ti. ¿De dónde eres? 

Soy natural de León, una pequeña ciudad al norte de España donde el invierno es muy duro y el verano muy caluroso. Aunque desde hace 12 años vivo aquí en Ibiza con mi familia.

¿Qué es lo que más te gusta de vivir en un sitio tan especial como Ibiza?

Ibiza tiene un alma especial, lo sientes cuando llegas al aeropuerto y te da el aire cálido en la cara, enseguida te relajas.

Parece que no, pero cuando vives aquí te tomas las cosas de otra manera.

En mi caso, nosotros tenemos una vida muy tranquila, porque Ibiza no es solo la fiesta y la marcha del verano, también existe una Ibiza más tranquila, más familiar.

 ¿Qué te atrajo a nuestra industria hotelera y cuál fue tu primer rol?

Pues es supercurioso porque soy la primera persona de toda mi familia que se dedica al turismo. El resto son funcionarios, tanto mis padres, mi hermano y mis abuelos. Vengo de una larga estirpe de funcionarios.  

Mi pasión por el sector comenzó cuando era pequeño y jugaba a tener un restaurante. De hecho, recuerdo que siempre ayudaba en la cocina.

Para la cena de navidad, ahí estaba yo, con 14 o 15 años, echando una mano a mi madre. Ese fue el caldo de cultivo. 

Lo que quizá te sorprenda es que yo empecé a estudiar una ingeniería industrial en León, pero aquello no terminó cuajando, no me llenaba. Así que dije “¿por qué no probar algo referente a la cocina?, porque a mí esto de la cocina me gusta mucho”, entonces estudié una formación profesional en restauración.

Mi primer trabajo como tal fue de camarero, en una cafetería. Aquello de estar detrás de la barra del bar charlando y en constante contacto con gente me enganchó y decidí seguir estudiando para mejorar mi posición en el futuro, así que me fui a estudiar dirección hotelera a Santiago de Compostela.

¿Cuál es el plato con el que deleitas a tu familia y amigos?

Te reirás, pero es una lasaña. A mí me sale una lasaña de chuparte los dedos, de esas de cuatro capas, con dos kilos de carne picada… Vamos, que te acuerdas de la lasaña toda la semana.

Esa y la tarta de galletas de mi abuela, que también me suele salir bastante bien. Pero si tengo que decir un plato con el que yo me sienta cómodo es la lasaña. 

¿Cómo llegaste al revenue management?

Yo nunca pensé que iba a terminar en la parte de ventas o la parte de revenue porque, como te decía, a mí me gustaba la cocina y por eso estudié restauración. De hecho, cuando estaba estudiando mi sueño era ser el director de un departamento de alimentos y bebidas de una compañía.  

Fue una oportunidad interna en Palladium lo que me hizo cambiar de rumbo. Me ofrecieron irme a la central de Ibiza, al departamento de sistemas y dije que sí.

Allí me encargué del área de formación y me dedicaba a ir a los hoteles a montar los TPV, los PMS y a ver si los ordenadores iban bien.

Así fue como empecé y luego tuve la suerte de que cambiamos el PMS de la compañía y yo llevé ese proyecto ejerciendo de project manager.

Más tarde, por casualidades de la vida, el departamento de reservas de Europa necesitaba una persona que, sobre todo, tuviera un perfil técnico y que se supiera el sistema de arriba a abajo, porque estaba recién implantado. Y allí estaba yo, me sabía el sistema y así empecé como Director de Central de Reservas de Europa.

Después monté el equipo de revenue de Palladium desde cero, porque no existía la figura del revenue manager. Esa fue una apuesta de la compañía.

Ahora todo el mundo ve claro que tiene que haber un Revenue Manager en cada hotel y que tiene que haber una estructura, pero hace diez años, en la parte vacacional y aquí en el mediterráneo, esas posiciones solo las tenían las cadenas americanas, Meliá, NH y poco más.

El siguiente paso fue replicar lo que hice en Europa también en América y ahí es donde asumí el rol corporativo.

¿Cuál fue tu mayor desafío durante este periodo? 

Los primeros meses como Director de la Central de Reservas de Europa fueron realmente duros, porque yo no venía de la parte de comercialización, ventas, o de revenue. Yo venía de la parte de sistemas. 

No tenía un conocimiento amplio del tema de reservas o revenue, así durante los primeros meses me tuve que formar, conocer bien el proyecto, al equipo… fue duro.

Recuerdo ese primer año y medio como un verdadero desafío.

¿De qué te sientes más orgulloso?

Pues te parecerá una tontería, pero me siento muy orgulloso de poder irme mañana de Palladium y saber que no lo va a notar nadie.

Saber que he generado una estructura, que he creado un departamento y una manera de trabajar que permanece en el tiempo.

Las personas van y vienen, las compañías van y vienen, pero lo que permanece es el ADN que tenemos ahora en la compañía, orientado al revenue, centrado en la mejora de la rentabilidad, con unos procesos y un equipo sólido. Un proyecto de casi diez años de trabajo.

Para mí ese es mi mayor éxito. Además de ver cómo la gente que me ha acompañado en este camino también ha ido evolucionando y creciendo.

De hecho, la persona que empezó conmigo estaba de prácticas y ahora es una de mis manos derecha dentro del departamento de revenue de Palladium. Ver ese crecimiento también me hace sentir superorgulloso.

Pero si tuviera que remarcar algo sería que hoy Diego no es imprescindible.

Si no trabajaras en hoteles, ¿en qué otra industria te gustaría trabajar?

Si tuviera que cambiar a una industria sería al retail.

Toda la parte de venta online, cómo ayudar a mejorar las grandes superficies con el pricing dinámico, con estrategias de revenue.

¿Qué podemos esperar de Diego en 2022?

Para el 2022, además de continuar dando el máximo en Palladium y de estar con mi familia, quiero seguir dando formación. Me gusta y creo firmemente que es necesario.

En el 2020 y 21 empecé a dar formación porque me encanta enseñar y, sobre todo, poder poner mi granito de arena en que la industria se profesionalice y que el revenue management que tanto nos gusta se expanda. Que la cultura que implantamos en Palladium se implante en el resto de cadenas.

Bueno, también tengo un pequeño proyecto en forma de documento, en el que aún estoy trabajando, y que espero salga a la luz en el 2022. Es una sorpresa muy grande.

No te puedo dar más detalles, pero va a ser espectacular.

¿Cómo se enteró del galardón IHI?

Me llegó una notificación de LinkedIn que decía que alguien me había etiquetado dándome la enhorabuena, así que entré y lo vi. 

Fue emocionante sentir el reconocimiento fuera de España y ver que mi empresa, Palladium está en boca de gente del exterior. Para mí es un privilegio enorme.

Lo cierto es que en este listado podría haber muchísima gente de Palladium, compañeros que hacen trabajos extraordinarios y que son verdaderamente líderes que inspiran dentro de la empresa.

¿Qué consejo les das a los miembros de tu equipo y a los estudiantes?

Yo solo doy uno y es que sean felices. 

El otro día estábamos en una videoconferencia con todo el equipo que llevo en Europa y compartí con ellos la necesidad de ser felices, porque en realidad, el trabajo es un medio y si no eres feliz no te sirve para absolutamente nada.

La pandemia ha sido muy dura para el turismo y hay que recomponerse y yo siempre les digo esto: hay que ser felices e intentar ayudar a los demás.

 
 
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